28/11/10

La pareja perfecta

Eran tan perfectos como pareja, tan absolutamente intachables, tan tremendamente civilizados, que por eso a nadie le sorprendió en absoluto que se divorciasen de aquella forma tan perfecta, tan absolutamente intachable, tan tremendamente civilizada, tras una reunión que convocaron para comunicarle su decisión a su refinado y culto grupo de amistades, en la que no hubo una sola señal de rencor, ni tan solo una leve muestra de dolor o de miedo a afrontar sus nuevas vidas por separado.
Lo que sí dejó más de una boca abierta fue el largo informe de la policía cuando, tras encontrarlos muertos en un descampado a varios cientos de kilómetros de la ciudad donde residían, supieron de las denuncias por extorsión, amenazas, coacción y lesiones físicas y psíquicas que se habían hecho el uno al otro desde aquel ya lejano y casi olvidado día en que comunicaron la decisión de romper a su aparentemente civilizado círculo de amistades.

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