25/4/09

Fiesta de asfalto



Cada dia en Dupnitsa es un pequeño regreso a la infancia, al Lugones de cuando niña.

Ayer hicimos un corto viaje a mi pasado, a las fiestas del Carbayu, a las de Santa Isabel de hace veinte años: coches de choque, algodón de azúcar, noria, casetas de tiro y manzanas de caramelo. Sólo se echaban en falta el “prao” y la orquesta.

24/4/09

Todo para la construcción


Dupnitsa está plagado de este tipo de construcciones de metal, aparecen de un día para otro en los lugares más insólitos de la ciudad. Son comercios de lo más variopinto: desde puestos de comida hasta, como éste, una tienda de materiales de construcción. Algunos son nuevos pero la gran mayoría dejan ver sin ningún pudor las marcas de su avanzada edad -o más bien de su prematura vejez-, que se traduce en óxido, el rasgo más diferencial de este país.

20/4/09

Otro desencuentro con la religión


Demasiado tarde

Muchas veces retrasamos las cosas, consciente o inconscientemente, y cuando por fin conseguimos el momento idóneo para esa conversación pendiente, ese encuentro que tanto se ha hecho esperar… nos damos cuenta de que ya es demasiado tarde, de que ya no hay vuelta atrás, de que el tiempo -como el sueño- no se puede recuperar.