29/12/08

Noche ártica




Irene, esta noche te soñé. Venías a verme a mi casa, la de mi infancia. Entrábamos en mi habitación, con la cama todavía revuelta de sueños, y tú reparabas en el papel rosa de la pared –ese que tanto me avergonzó tanto tiempo-. Venías a contarme tus últimos planes. Te ibas a hacer una travesía por el Ártico, tú sola. Yo te preguntaba si tenías la ropa adecuada, me contestaste que no. Te ofrecí mis pantalones de forro polar, pero luego recordé que tenía los dos pares sucios y la lavadora rota.


Extraño sueño, o no tanto, para inaugurar la primavera que discreta asoma por Dupnitsa.


Lo siento Irenita, tendrás que retrasar tu viaje unos días hasta que venga la casera a arreglar la lavadora.


Noches árticas - Nacho Vegas

22/12/08

Ángel


Nada más verle no pudo hacer otra cosa que decirle – Eres mi ángel, por fin te he encontrado –

Cuando el efecto de la cocaína se esfumó, se vistió lentamente, salió de la casa y, cuando la brisa matutina la abofeteó en la cara, una vez más, recordó que era atea.