24/3/09

Miopía

Cuando se despertaba por las mañanas y no podía distinguir mucho más que vagas sombras, objetos poco definidos en el espacio… todo le parecía estar sumido bajo una nebulosa mágica y romántica. Volvía a sentirse como hace tantos años, presa de un amor y un deseo sexual incontrolables.
Pero el momento de levantarse tarde o temprano llegaba. Era entonces cuando se ponía esas horribles gafas gruesas y aparecía, una vez más, esa gris y definida vida, ese aburrido y nítido marido, ante sus ojos.


23/3/09

La penúltima nevada



Desde hace algún tiempo espero con anhelo algún cambio externo. Una especie de superstición me ha invadido y me digo constantemente: cuando empiece el año nuevo todo va a cambiar, después de este viaje todo va a cambiar, cuando acabe el invierno (y parece que nunca acaba) todo va a cambiar… Pero nada cambia, todo sigue igual. Sigo esperando.

10/3/09

Estilo propio

“Desarrolla tu propio estilo”. Parece fácil. Pero pensándolo bien, no sabría ni por dónde empezar. Me parece una empresa tan complicada como intentar llevar a cabo el “Sé tú mismo”.

Quizás sólo se trate de ir probando hasta que un día, casualmente, encuentre algo que a la vez me satisfaga y funcione, o quizás sólo lo último, depende de la urgencia. De momento, experimentar me parece más enriquecedor que quedarse varado en un “estilo propio”.

Pero puede que esto sólo sea una excusa más que no haga sino reafirmarme en mi inseguridad.

9/3/09

Garrapatas

Dicen que nuestra memoria es selectiva, para bien, que tendemos a borrar de nuestra memoria los malos recuerdos y nos quedamos solamente con los gratos. A mi cerebro, sin embargo, parece que solamente se aferran, como garrapatas, los malos.

Hace unos días leí que estaban investigando con una medicina que eliminaba los malos recuerdos del cerebro para que los pacientes superaran traumas. Si me sometiese a este tratamiento probablemente me quedaría amnésica.

8/3/09

Crecer

Últimamente todo el mundo parece estar empeñado en recordarme que ya voy teniendo una edad. Mis amigas empiezan a utilizar cremas anti-arrugas, a casarse, a tener hijos, mis amigos a hacer deporte y a dejar el tabaco, mi padre me habla de que empiece a pensar en un trabajo estable, en mi jubilación (que no queda tanto, sólo 34 años!!!), hasta los habitantes de Cicely me atormentaron hace poco cuando Maggie O’Connell cumplió los treinta… Quizás estoy en una burbuja, quizás soy una inconsciente, pero, a pesar de todas estas advertencias, no puedo dejar de pensar que si la madurez es esto, bienvenida sea, que regalo mis 15, mis 20 y mis 25 a quien los quiera.