10/11/09

Sobre los ciudadanos que esperan ansiosos junto al borde de la carretera



A pesar de que en los autobuses no hay timbre para avisar al conductor de que detenga el autobús en la parada que necesitamos, sino que paran en todas y cada una de ellas -haya o no gente dentro que quiera apearse o gente fuera que quiera subir-, a pesar de la escrupulosa puntualidad de los transportes públicos, los bielorrusos esperan la llegada del autobús con una ansiedad especial. Fijan la mirada en la dirección por la que tiene que aparecer de una forma tan insistente que subirse en él más que una necesidad parece tornarse en una obsesión, dejan de hablar, sólo miran hacia el horizonte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario