8/11/09

Sobre banderas


Antes de salir de mi país natal, en mi profunda ingenuidad, pensaba que marcas con las que había vivido toda la vida eran españolas: Colgate, Nivea, Nestle… Algo parecido me ocurrió hace unos días cuando explicaba al personal del departamento de relaciones internacionales de la Universidad de Grodno por qué no podía regalarles una bandera de España para que pusieran en la estantería junto a los recuerdos de otros países. Les hablé de la guerra civil, de las dos Españas, de la bandera de los vencedores y en suma, de lo poco representados que nos sentimos muchos por ella, también de lo atípico que es que los ciudadanos de un país no se sientan orgullosos de su bandera. Pero una vez más mi a veces provinciana mentalidad fue sorprendida por el relato de una situación muy similar en Bielorrusia. A veces nos creemos propietarios de situaciones únicas. No hay nada como salir de casa para ver que cada historia se repite multitud de veces, la misma historia aunque en otras lenguas, en otras coordenadas.

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