"A mi me daba decididamente igual a dónde ir y a quién enseñar. Debía desaparecer. En aquel entonces todavía no me había dado cuenta de que el hombre está privado de esa posibilidad: vaya donde vaya, el peso principal de su vida irá tras él"
"Entonces yo conocía una sola manera de liberarme de las circunstancias tristes de la existencia: huir. Había que abandonarlo todo. Mandarlo todo al diablo. Comenzar de cero. Me parecía que, en circunstancias nuevas, yo mismo me volvería distinto"
Izrail Metter. La quinta esquina
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