Muchas de las instalaciones creadas durante la época soviética en las ciudades que pertenecieron a la URSS siguen en pie hoy en día, pero una gran parte de ellas han quedado abandonadas a su suerte, llenas de pintadas y de malas hierbas, como una caricatura de mal gusto de aquello que algunos soñaron hace tiempo. Quizás sus actuales vecinos piensen que con el tiempo estas estructuras se irán difuminando paulatinamente hasta desaparezcer, o quizás la costumbre ha hecho que ni siquiera les moleste su presencia.
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