24/3/09

Miopía

Cuando se despertaba por las mañanas y no podía distinguir mucho más que vagas sombras, objetos poco definidos en el espacio… todo le parecía estar sumido bajo una nebulosa mágica y romántica. Volvía a sentirse como hace tantos años, presa de un amor y un deseo sexual incontrolables.
Pero el momento de levantarse tarde o temprano llegaba. Era entonces cuando se ponía esas horribles gafas gruesas y aparecía, una vez más, esa gris y definida vida, ese aburrido y nítido marido, ante sus ojos.


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