24/1/10

Lenguaje corporal

Ni él hablaba el idioma de ella, ni ella el idioma de él. Sin embargo se amaban, se amaban locamente, como nunca antes les había ocurrido con ninguna otra persona. Sobraban las palabras, con los gestos, las miradas y las caricias ya tenían bastante.
Pero ocurrió lo inevitable. Después de varios años viviendo en el país de ella, él aprendió el idioma, y cuanto más progresaba, más cuenta se daba ella de que él era simplemente un estúpido ignorante y más cuenta se daba él de que ella era una arrogante y engreída sabelotodo.
El mismo día en que él consiguió el certificado de suficiencia de conocimiento del idioma, y por mutuo acuerdo, se dijeron adiós para siempre.

1 comentario:

  1. Wow!!! pocas veces un blog me ha parecido tan bueno como este, gracias por hacer cosas como estas que te hacen sentir... bye, Luis

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